martes, 16 de diciembre de 2008

Un ángel gordito

Mi Alessia preciosa,

Me he dado con la sorpresa que esta tarde la oficina está un poco más tranquila y con menos movimiento. Debe ser la época del año, en la que varios negocios -a menos que tengan que ver con la Navidad- se ponen un poco más lentos.

La que viene es tu primera Navidad, y aunque eres aún muy pequeñita y no lo recordarás en un futuro, la expectativa que has despertado en toda la familia es inmensa: ¡todos quieren regalarte algo! sé por tu mamá que tu abuelita Elba ya te compró un regalo; tu tío Jose ya te regaló también una serie de libros-rompecabezas que usarás más adelante; ayer tu tía abuela Charo dejó en el departamento un paquetito que contenía un muñequito para estimulación. No me queda más que agradecer a Papá Dios porque seas objeto de tantas muestras de cariño, y no me refiero a los regalos, sino a los gestos hacia nuestra familia, nueva y pequeña pero emocionante.

Ayer fuimos donde el pediatra para tu control del segundo mes. Como te conté anteriormente, yo intuía que habías tenido una buena subida de peso, y efectivamente así fue: él nos dijo a tu mamita y a mí que ahora pesabas 6.1 kg y medías 59 centímetros, que ese peso correspondía a un bebé de 4 a 5 meses y que esas medidas son un poco menos del doble de lo que varios niños tienen a esa edad (ya lo intuía. El dolor que tengo en el hombro derecho me lo recuerda a gritos). En resumen, en este mes que ha transcurrido has subido nada más y nada menos que 1.3 kg - parece que has decidido crecer a como de lugar y lo más rápido posible. Este viernes tu mamita te llevará nuevamente a la clínica para tus vacunas, un proceso que se repetirá periódicamente cada cierto tiempo hasta que cumplas cinco años, si no me equivoco.

El sábado, por otra parte, celebramos tu bautizo. Me gusta pensar que a pesar que tu mamita y yo te encomendamos al Señor desde que estabas aún en la pancita y que sabemos que Él te cuida desde un inicio, ahora estás mucho más cerca de Él. Sé que no me servirá de nada durante tu vida llenarte de sermones y clases de religión, pues eso finalmente no será lo que te enseñe quién es Papá Dios; será la vida de nosotros, tus papás, quien te muestre realmente lo que Él significa. Es por eso que todos los días le pedimos con tu mamita a la hora de comer que nos de la sabiduría y la inteligencia suficiente para ser buenos padres y para poder presentártelo. Tal vez incluso cuando leas esto no entiendas el tamaño de tal responsabilidad, pero está bien. Hay cosas que uno entiende sólo con el transcurrir de la vida.




Esta foto la tomó tu abuelo Manolo. Por cuestiones de familia (traducción: ni tu mamita ni yo tenemos hermanas) tu bautizo fue fuera de lo común, pues no tuviste madrina, sino dos padrinos. Ya te imaginarás las bromas que gastamos a tu tío Christian y a tu tío Javier acerca de quién asumiría qué rol, y si tienes un hermanito o hermanita dentro de algunos años, la historia se repetirá con tu tío Roberto y tu tío José Luis. Ya veremos en ese entonces a quién le tocaría teóricamente depilarse las piernas.

(¿Sabes? suena de locos por cómo estamos, pero tu mamita y yo ya pensamos en un hermanito para ti. ¿Será por lo que estamos tan contentos contigo? seguramente, pero para eso tendremos que esperar algún tiempo más todavía. Y para ese entonces, ya podré contártelo directamente)

Gracias por llegar a mi vida, hijita. Te quiero mucho.

Tu papá.

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