martes, 17 de marzo de 2009

La mayor felicidad está en una corbata de papel

Hijita linda,

Sólo puedo sonreír cuando recuerdo todo lo que pasó este último fin de semana. El viernes 13 (y con eso se demuestra que no es día de mala suerte) fue mi cumpleaños, el primero que paso teniéndote a mi lado. No diré entonces que es el primero como papá, porque ese fue el año pasado, cuando apenas tenías un par de meses de estar creciendo en la pancita de tu mamá. Lo que sí diré es que es uno de los mejores cumpleaños de mi vida, porque he disfrutado por primera vez del regalo de Papá Dios que es ser también papá en un día como este.

Debo comenzar contándote que en el interín entre esta carta y la anterior nos hemos mudado. Ya no estamos en la casa a la que llegaste luego de nacer, sino en otra, que nos permite estar más cerca de nuestras familias y de mi oficina. De eso hace un par de semanas, y el proceso de mudanza fue bastante pesado. Incluso ahora no hemos terminado de instalarnos porque hicimos que pintaran y barnizaran algunas paredes y armarios, y eso ha impedido que guardemos todo en su sitio. Pero ya dentro de muy poco nuestra nueva sala estará libre de bolsas y cajas.

Por mi trabajo, el único momento que tu mamita y yo podemos dedicar a organizar juntos el departamento es durante la noche. Y así lo hacemos, a pesar que ello implica que nos acostemos un poco más tarde y terminemos un poco más cansados. La noche del jueves 12 no fue distinta: luego que tu mamita me saludara a las doce de la noche, arreglamos algunas cosas y a las dos de la mañana decidimos que ya era suficiente y que era mejor irnos a dormir. Cuando por fin íbamos a acostarnos, algo que me llamó la atención pero a lo que no di mayor importancia fue que aunque tenía sueño tu mamita no se durmió primero que yo, sino que estaba en la cama sentada y cargándote. Yo me eché a su lado con la intención de ver un poco de televisión, pero fue la sensación de apoyar la cabeza en la almohada lo último que recuerdo. Casi instantáneamente, me dormí.

La mañana siguiente, aún algo dormido, abrí un poco los ojos y alcancé a ver a tu mamita contigo en brazos saliendo del cuarto. Como mi despertador aún no había sonado y no te había escuchado llorar, supuse que todo estaba bien y me dormí de nuevo. En lo que para mí fueron unos segundos (y luego supe que fue como media hora), me despertó la voz de tu mamita cantando: "haaappy biiirthdaaay tooo youuu... haaappy biiirthdaaay tooo youu". Aún dormido, me incorporé y me senté en la cama. Como a través de una niebla, vi que tu mamita te había preparado un gorrito de fiesta, y lo más increíble, una tarjetita y una corbata de papel a nombre tuyo. En mi media consciencia, cogí el celular y esto fue lo que registré.




Luego fue tu mamita la que tomó el celular y nos tomó esta foto. Perdóname la cara y la facha, pero como te comenté, acababa de despertarme.

¿Qué mejor manera de comenzar un día como ese? no pude hacer más que abrazarlas. Y fue allí donde una vez más me di cuenta que no importa si tengo o no plata en el banco, o cuántos muebles tengo en la casa, o qué marca es mi auto. Soy multimillonario porque tengo lo más valioso del mundo: tu mamita y tú, y nada se puede comparar con eso, y no hay dinero capaz de comprar el amor de una mujer y de una hija saludándote por tu cumpleaños.

Te quiero muchísimo. Espero que Papá Dios me conceda pasar muchos más cumpleaños contigo y recibir de parte tuya y de tu mamita una tarjeta y una corbata de papel. Ya descubrí que no necesito más para ser feliz.

Tu papá.


Tags Blogalaxia: , , , , , , , .