miércoles, 23 de diciembre de 2009

Se acabó el año

Hijita preciosa,

Sólo falta ya una semana para fin de año. El 2009 se ha pasado volando, y viene el 2010 con muchas expectativas y planes que dejo en manos de Papá Dios, que sabrá al final mucho mejor que yo cuán buenos son para nosotros. Claro que me gustaría que Su voluntad coincida con la mía, pero ya veremos qué es lo que Él nos depara.

Finalmente, luego de un poquito más de un año, salió tu primer diente. Por allí alguna vez me dijeron que no hay coincidencias sino "Diosidencias", pero la cosa es que tu primer diente surgió exactamente un año después de tu bautizo, el 13 de diciembre pasado. Otros niños de tu edad ya tenían dientes, lo que nos hizo consultar en algunas ocasiones a tu doctor, pero él nos dijo que el proceso era absolutamente normal. Ya luego tu abuelita Amanda nos contó que a mi y a tus tíos Christian y Roberto también nos demoró en salir la dentadura, y que no nos preocupáramos porque eso quería decir que tendrías buena dentadura. Ojalá sea verdad.

Por otro lado, tu mamita no cabe en sí de contenta desde que comenzaste a darle besos. Claro, no son besitos como tales, sino que abres la boca muy grande, como si quisieras comértela, y la pegas en su mejilla. Pero ella y yo estamos felices por esa muestra de afecto tuya aunque nos quede babita en la mejilla. ¿No se nota que somos dichosos contigo, no?

Ya aprendiste además a pedir "pan" y "parque". Te gusta comer (eso es de parte mía) y salir (eso es de tu mamá). Es toda una experiencia sacarte a pasear al parque que tenemos a media cuadra del departamento, porque te encanta caminar con nuestra ayuda en el césped y sentir cómo crujen las hojas secas bajo tus pies y tener muy cerca a las palomas, que se aglomeran alrededor del centro en busca de comida, sobre todo cuando alguien les comienza a arrojar migas. Claro, tu mamita y yo nos reímos porque cuando las ves todas juntas o muy cerca a ti las señalas, nos miras y dices "¡guau guau!", seguida de una corrección de tu mamita o mía: "no mi amor, no son perros, son palomas". Cabe mencionar que nosotros te hemos enseñado a decir "perro" (es más, lo dices claramente cuando quieres) pero tal vez por haberlo asociado a su voz ("Alessia, ¿cómo hace el perro? guau, guau") es la imitación del ladrido lo que tienes más a flor de labios.

No sabes el gusto que nos ha dado a tu mamita y a mi estos días cuando hemos descubierto que ya has aprendido a encajar piezas. Tus tíos y tu abuelita Elba se han encargado de regalarte juguetes, especialmente aquellos que encajan (Lego y similares). Tal vez por vernos cuando te enseñamos a armar torres o a juntar las piezas descubriste que no era tan difícil y decidiste hacerlo por tu cuenta. Hablando de eso, te contaré que es imposible que veas una torre de piezas y la mantengas intacta. A veces, cuando estás jugando, estoy armando una torre con piezas a tu lado, y cuando junto unas seis o siete, te digo "Ale, mira, la torre". Dejas de prestar atención a lo que estás haciendo, miras la torre, estiras la mano y zas... un sacudón a la pila de piezas acaba con la corta existencia de la torre.

A inicios de este mes estuvimos también en el pediatra, que te midió (por primera vez de pie y no echada en la camilla para bebés) y te pesó. Resulta que tienes 82 cm y pesas 11.8 kg, lo que en sus propias palabras es "un muy buen aumento de peso". Tranquila, no quiere decir que estés gorda, sino alta y con muy buen desarrollo.

Creo haberte contado hace algún tiempo que parecía que ibas ya a caminar saltándote la etapa del gateo. Tu mamita estaba algo preocupada por eso, pero cualquier preocupación al respecto ya se disipó: ahora gateas, gateas y gateas por todos lados; sólo te falta hacerlo por el techo. No digo que te falta por las paredes porque da la impresión que lo hicieras cuando te agarras de una columna o de un mueble para hacer tus ensayos de ponerte de pie. Aún no logras mantener el equilibrio sola, pero ya dentro de muy poco podré verte de pie y moviéndote hacia donde tú quieras. Eso será todo un motivo de alegría pero también una razón para ponerte más atención, porque tus andanzas de exploración se multiplicarán y tendrémos que estar pendientes para que nada malo te ocurra.

Este mes hemos tenido tres matrimonios en tres fines de semana consecutivos. Sólo fuimos a dos, el primero y el último (al segundo no fuimos porque estabas muy incómoda y llorosa; no entendíamos por qué era tanto así, hasta que al día siguiente nos percatamos del asunto de tu primer diente, que hizo a tu mamita saltar de emoción cuando lo descubrió). Bueno, la cosa es que en las dos fiestas fuiste la sensación. Entraste y saludaste a todo el mundo moviendo la mano en vertical, al estilo de una participante de un concurso de belleza. Gracias a Dios y al trabajo sobre todo de tu mamita, eres una niña muy sociable. Debe ser también por lo querida que eres por toda la familia.

Tengo que quejarme de que, por algún motivo, cada amiga nuestra que tiene un hijo de más o menos tu edad ya habla de que él va a ser "tu novio". Y siempre mi respuesta es la misma: me quedo callado, levanto la ceja derecha y digo "en el convento no se pueden tener novios" (también en algún momento he dicho "no se va a poder, ya le reservé una plaza en un monasterio tibetano en lo más recóndito del Himalaya"). ¿Seré celoso? no sé. Me queda el orgullo de que me digan que mi hija es linda.

Te quiero, monjita linda (ya, es broma).

Tu papá.

Tags Blogalaxia:

No hay comentarios: